Me cuesta empezar el texto con solo cuatro ideas sólidas sobre lo que quiero decir cuando empiezo a escribir sobre este libro, me vienen a la cabeza unas ideas fugaces que se escapan cuando las quiero articular, por lo que si no me esfuerzo puede resultar un relato inconexo. Cuando escribes necesitas silencio y tiempo suficiente para que surja desde dentro lo que quieres decir, no siempre surge de forma fluida y espontánea, comienzas decidiendo el tema del que quieres hablar como si decidieras alcanzar un objetivo, pero no sabes muy bien qué camino coger, los senderos son largos y es fácil extraviarse antes de llegar al destino. Si quieres escribir pensando en ir más allá de expresar cuatro ideas sencillas o gratuitas, o bien fórmulas de educación o cortesía, requiere una dedicación y habilidades que en mi caso escasean. Ante estas dificultades me pregunto porque tengo tanta facilidad en comprometerme en hacer cosas que me resultan difíciles y sus resultados no son proporcionales al tiempo que uno les dedica, pero esta es mi idiosincrasia, ser un poco impulsivo, soltarme y hacer lo que se me ocurre, sin reflexionar previamente sobre la conveniencia de decantarme por hacer algo o dejar de hacerlo.